Con más ironía de lo que aparentemente vemos, Happy, un cuento sobre la felicidad gira alrededor de la forma de afrontar la vida. Otra cosa es que su protagonista no acabe de convencernos
Poppy es una profesora de primaria en una escuela de Londres. Una joven optimista y charlatana que pretende hacer felices a los que le rodean: independientemente de su carácter o situación (al igual que lo intentaba la encantadora Amelie Poulain en la comedia francesa Amelie). Así, en su área de influencia se encuentra desde su íntima amiga, Zoe, hasta su profesor de autoescuela, el neurótico Scott. Sin olvidar, por supuesto, a los pequeños alumnos de su clase
Happy es una comedia británica que se apoya en el carisma de su personaje principal, interpretado por Sally Hawkins. Y ello tiene su parte positiva y negativa. Aunque esta joven londinense obtuvo por su trabajo en este largometraje el Oso de Plata a la mejor actriz en el Festival de Berlin, personalmente el estrafalario personaje de Poppy (que luce atuendo similar al de la cantante Amy Whitehouse) me resultó cargante desde la primera secuencia, de ahí que fuera un suplicio soportar todos sus gestos (claramente inspirados en clásicos del cine mudo) o sus interminables chácharas
Si son capaces de aguantarla puede que llegue a agradarles esta comedia con toque independiente que también contiene un tópico spanish: pongan atención en las clases de flamenco a las que asiste la protagonista.
Para: Los que quieran hacer comparaciones con Amelie (la deliciosa comedia francesa de Jean Pierre Jeunet)