• El ministro de Economía, además, ha paralizado la norma sobre incompatibilidades que tenía prevista.
  • Y es que el gobernador del Banco de España, Luis María Linde, también ha apoyado a "uno de los nuestros".
  • El problema es que España, tras su crisis bancaria, repite el modelo del inspector convertido en inspeccionado.

Al final, el ministro de Economía, Luis de Guindos, ha cedido ante los grandes del sector bancario: José María Roldán (en la imagen), ex director general de Regulación del Banco de España, será presidente de la patronal bancaria AEB.

Como había adelantado Hispanidad, los grandes bancos no sólo le han doblado al pulso con su elección del martes, previa "consulta" al secretario de Estado de Economía, Jiménez Latorre, como asegura en su comunicado la patronal AEB, sino que, además, la norma por la que Guindos pretendía endurecer el sistema de incompatibilidades para que altos cargos del Banco de España pasaran a trabajaren el sector bancario privado, duerme en el limbo de los cajones ministeriales. Una derrota en toda regla, pues se trataba de una norma anunciada y de la que nunca más se supo.

Especialmente, Guindos ha perdido la batalla frente al presidente del BBVA, Francisco González (FG), que presumía de que Roldán comía en su mano desde el instituto inspector de la banca.

Y es que el inspector del Banco de España, Luis María Linde, se ha mantenido firme en la defensa de 'uno de los nuestros': había que buscarle una salida a Roldán y se le ha encontrado.

Y lo peor es que, fueran cuales fueran sus motivaciones, Guindos estaba cargado de razón. No parece de recibo que un país que ha pasado por una crisis, saneamiento y posterior rescate bancario de algunas entidades en crisis, permita que el inspector se convierta en representante y portavoz de los inspeccionados.  

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com