El Centro Dramático Nacional ha consentido en su programación un burdo montaje teatral, anticristiano y blasfemo, que ha llevado a escena Rodrigo García. Se supone que para estar a la moda del laicismo que invade a España y adaptarse así a los tiempos modernos. Si no era suficiente con las barbaridades cinematográficas, que venga el teatro a colocar su granito de arena.
Se lo resumo en 3 puntos.
1.- Jesucristo es considerado diablo.
2.- La Redención es sinónima de violaciones de niños.
3.- El Calvario queda, pues, convertido en un espectáculo pornográfico con detalles como masturbaciones en el escenario.
Esto por no hablar, además, del despilfarro diario de cada representación en la que se desprecian kilos de carne y en la que se emplean 9.000 panecillos de hamburguesa. El vídeo del espectáculo añade más enjundia.
Todo ello pagado por el Centro Dramático Nacional, dirigido por Gerardo Vera, y financiado con dinero público que controla el Ministerio de Cultura, es decir, González-Sinde. ¿Qué diría del asunto don José Luis López Vázquez, cuya capilla ardiente se instaló en tan noble lugar?
José Luis Panero
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