Javier Gómez Bermúdez ha recibido por tercera vez su confirmación como presidente de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional. Pero, si por algo va a ser reconocido por los ciudadanos de a pie es por su particular manera de dirigir las vistas del juicio del 11-M. Gómez Bermúdez no duda en abroncar a los testigos, acusados y abogados con tono severo. La de hoy se dirigía a Mouhannad Almallah Dabas: "Circunloquios los justos". En otras ocasiones ha tenido que llamar la atención de los acusados preguntándoles si les hacía mucha gracia lo que declaraban, cuando por un momento se pensaba que les colocaría de cara a la pared sosteniendo un par de tomos del Aranzadi.

 

En cuatro jornadas, el propio Gómez Bermúdez ya ha tenido que pedir disculpas a uno de los abogados por su comportamiento desmedido. Seguramente no resulta sencillo controlar la sala en un juicio como este, pero ¿es necesaria toda esta parafernalia mediática del presidente de la Sala?