El hacedor del proyecto de futura Constitución europea, Valéry Giscard d'Estaing, ha concedido una entrevista al diario gratuito Metro. En ella, Giscard marca las líneas prioritarias de lo que debe ser la política exterior de la Unión Europea. Atención: Rusia, el Este (en referencia al mundo árabe) y África. Es decir, una política exterior a la medida de los intereses franceses. De Iberoamérica ni se habla, del Asia emergente, la del Extremo Oriente, tampoco.

 

En definitiva, París ha fracasado en su intento de enfrentarse a Estados Unidos, en paridad de estima, así que necesita a otros 24 países que respalden su liderazgo. Entonces sí, entonces podrá hablar de tú a tú con Estados Unidos. Lo que pretende Giscard es un Quay d'Orsay paneuropeo, a ser posible dirigido por un francés, o lo que es lo mismo: 60 millones de franceses imponiendo su voluntad a más de 450 millones de europeos. Y el Gobierno español de Zapatero está dispuesto a aplaudir este esquema.

 

Naturalmente, Giscard se cuidó muy mucho durante la entrevista de repetir su famosa mención a que su principal empeño durante la elaboración de la Constitución europea consistía en reducir el poder de España. El candidato popular, Mayor Oreja, no ha sido capaz de recordárselo a Borrell durante los recientes debates.