El próximo 26 de agosto el Consejo de Ministros aprobará un Real Decreto que afectará al Impuesto de Sociedades. El presidente del Gobierno anunció la medida con cierto misterio, sin querer adelantar más sobre su contenido. Dado que se trataba de una norma orientada a apuntalar la estabilidad financiera, se podría pensar en el establecimiento de tramos que favoreciesen a las ahogadas PYME o acaso en una subida para las grandes empresas.
Pero la vicepresidenta económica, Elena Salgado, señaló este fin de semana que se adelantarán los pagos a cuenta de los impuestos de las grandes empresas. Cuestión de maquillaje. Tal y como apuntan los técnico de Hacienda agrupados en la asociación Gestha, se trata de una reforma "tímida y coyuntural", que sólo persigue reducir las necesidades de financiación exterior ante la volatilidad de los mercados. Los técnicos de Hacienda proponen profundizar en la lucha contra el fraude en las grandes empresas.
El corto alcance de la reforma se debe en parte a que el tipo general es del 30% para las grandes empresas y del 25% para las PYME, pero el tipo efectivo es inferior para las corporaciones de mayor tamaño. Las grandes compañías cuentan con equipos enteros dedicados a buscar la forma de pagar menos impuestos. De hecho, el tipo efectivo del impuesto es del 18%, una "rebaja" a la que han contribuido más las grandes que las pequeñas. Como muestra, un botón: el BBVA pagó un 17,75% en concepto de impuestos en el primer semestre del año.
Mariano Tomás
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