La boda real está provocando ríos de tinta sobre lo accidental: el traje de Pertegaz, las calles cortadas al tráfico, la ciudad de Madrid engalanada, los 1.000 millones de telespectadores del acontecimiento, y demás menudencias. Sin embargo, el pasado de Letizia parece vetado. Una autocensura que no afecta a la prensa mexicana que se ha lanzado a publicar testimonios de quienes conocieron a Letizia Ortiz en su estancia en Guadalajara (México).
El diario mexicano El Universal publica el viernes 21 una entrevista a quien fuera su compañero de trabajo en el periódico mexicano El Siglo XXI, el también periodista español Fran Ruiz. En dicha entrevista Ruiz señaló que Letizia "pudo enamorarse del Príncipe, aunque quizás también del cargo. ¿Quién no quiere ser Reina de España?".
Fran Ruiz define a Letizia como una mujer que quiere ser siempre el centro de atención. Ya saben: niño en el bautizo, novia en la boda y el muerto en el funeral. "Detestaba pasar desapercibida, quería ser la reina del lugar, era la reina de las fiestas, la reina de la redacción, y fue alguien que dio de qué hablar desde el primer momento", señala el periodista español. Su compañero de trabajo define a Letizia Ortiz como una mujer ambiciosa, inteligente, guapa, "de mirada arrebatadora", muy trabajadora, muy impulsiva, muy nerviosa, muy sociable y muy simpática "con una gran capacidad de engatusar a la gente". Sin duda, un buen motivo para que el Gobierno le conceda la Gran Cruz de la Orden de Carlos III.
Desmiente que Letizia hubiera roto matrimonios, aunque señala que durante su estancia mexicana tuvo muchos novios, "o más bien aventuras", matizó. Y es que Letizia no fue a México por el espíritu de conquista de Cortés. "Si acaso a conquistar hombres", señalaba en un reportaje televisivo casero de entonces. Nos sumamos a las plegarias de las monjas clarisas: "Rezamos porque el matrimonio sea feliz y dure".
Y, por cierto, Jesús Polanco y Juan Luis Cebrián han bendecido a los novios, aun antes que el cardenal Rouco Varela. Lo han hecho en la contraportada de El País, edición del viernes 21, con este título inefable: "Madrid vuelve a sonreír".