El presidente de la patronal cuenta ya con más de 400 apoyos explícitos de los 763 delegados con derecho a voto. Los empresarios cierran filas con Cuevas, con la excepción de Cataluña y parte de Euskadi. Las elecciones se adelantan al 16 de febrero por un viaje del Rey. Lo más probable es que el catalán Rosell se retire. No se reeditará el pacto CEOE-Cámaras de Comercio ni se limitarán los mandatos
En la mañana del miércoles 16 se celebraban en la patronal española CEOE el Comité ejecutivo y la Junta Directiva. El principal de los acuerdos consistió en adelantar la fecha de las elecciones para la Presidencia del 23 al 16 de febrero. La razón es que La Zarzuela ha pedido que en el viaje de SM el Juan Carlos I a Vietnam y Tailandia le acompañe una nutrida representación empresarial, es decir, muchos de los que deberán votar para elegir al sucesor de José María Cuevas que será José María Cuevas.
Y el viaje del Rey tiene su aquel, porque el empeño del Gobierno Zapatero, y en concreto del ministro de industria José Montilla y del secretario de Estado Miguel Sebastián, para conquistar la patronal y jubilar a Cuevas, tiene dos vías. En primer lugar, la candidatura del presidente de la patronal catalana Fomento, Joan Rosell, y después, conseguir que la representatividad de la empresa española pase de la CEOE al Consejo Superior de Cámaras de Comercio, la otra patronal, que preside el ex ministro socialista Javier Gómez Navarro, nombrado por el propio Gobierno. Rosell y Navarro son grandes amigos.
En el pasado, con José Manuel Fernández Norniella en el Consejo, la pelea entre cámaras y CEOE por la representatividad de los empresarios españoles fue grande, y una de las escaramuzas, no la menor, se libraba en los viajes reales: a ver quién conseguía situar más representantes que viajaran junto al Rey para hacer negocios con otros países. En su día se impusieron las Cámaras, y la Zarzuela así lo aceptó. Ahora la CEOE vuelve a cobrar todo el protagonismo.
En España todo está politizado, y hasta la estructura de la CEOE repite el mapa político de España, partida entre Cataluña y parte del País Vasco y el resto. El problema de Zapatero es que ha optado por obtener su mayoría parlamentaria con esos dos apoyos: los independentistas catalanes (la izquierda dura y verde de IU) y con el sector nacionalista de Euskadi.
Pues bien, esa es la geografía de Cuevas. En otras palabras, ya antes de abrirse el proceso, y en cuanto manifestó su intención de presentarse a un séptimo mandato, Cuevas ha obtenido el apoyo explicito, por escrito o verbal de más de 400 delegados, sobre un total de 763. Un apoyo que no es obligatorio naturalmente, para presentarse a la Presidencia, sólo hace falta que te apoyen explícitamente 20 delegados pertenecientes a 4 patronales, pero que ante la arremetida de Joan Rosell, muchos se han apresurado a mostrar su apoyo público a un hombre que preside la patronal desde 1984 y que se dispone abordar su séptimo mandato.
En CEOE hay asociaciones territoriales y sectoriales. Pues bien, Rosell ha conseguido el apoyo de la suya, de Fomento, y el apoyo parcial de Confebask, la patronal vasca. Confebask cuenta con 18 votos, seis por provincia. Los seis de Guipúzcoa irán a Rosell, los seis de Álava a Cuevas, y Vizcaya podría partirse en un tres contra tres. Ahí se acaban los apoyos territoriales de la opción catalana, que también es la opción del Gobierno Zapatero y del ministro Montilla.
Por contra, Cuevas cuenta con el apoyo de Galicia, Andalucía, Extremadura, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Valencia, Murcia, Baleares, Cantabria, Asturias, Navarra, Rioja, Canarias, Madrid (la más entusiasta) y la de pequeñas empresas Cepyme.
Esto por lo que respecta a las territoriales, las sectoriales más importantes, como Construcción, Metal, Grandes almacenes, ETT (desgraciadamente muy importantes), Minería, Limpieza, Papel (la del propio Cuevas), Agricultura, Turismo, etc.
Rosell ni tan siquiera consiguió el voto de la intertextil, presidida por uno de sus colaboradores, pero cuya propuesta fue rechazada. En estas circunstancias, la pregunta es si Rosell se presentará a las elecciones o no. Tiene hasta el día 9 de febrero para presentar candidatura. Pero, ojo, en CEOE se votan dos cosas: presidente y lista para la Junta Directiva. En otras palabras, necesita que entre los 763 delegados haya 105 personas dispuestas a figurar en una lista que se sabe perdedora. A lo mejor, Rosell no se retira voluntariamente, sino porque no sea capaz de componer su propia lista. En algo tiene razón, el anticatalanismo vigente en España afecta a empresarios sindicados, izquierda, derecha, a todo el país. Y eso no es bueno.
El otro ariete del Gobierno para conquistar el movimiento patronal y expulsar al odiado Cuevas son las Cámaras de Comercio. También representan a la empresa y hay que reconocer que a las pequeñas empresas le prestan muchos más servicios que la CEOE. Ahora bien, las Cámaras son de adscripción obligatoria y a su presidente le nombra el Ministro de Industria. Un detalle: en su documento para reformar la CEOE, Joan Rosell habla de mejorar las relaciones con las cámaras. Es lógico dado que es un gran amigo del presidente del Consejo Superior de Cámaras, el ex ministro socialista Javier Gómez Navarro, nombrado por el ministro José Montilla. Pues bien, la mayoría que apoya a Cuevas no está dispuesta a volver a intercambiar vicepresidencias con las cámaras, especialmente después de los insultos que el locuaz Gómez Navarro ha dedicado a la patronal.
El otro gran argumento de ese escrito es la solicitud de imponer una limitación de mandatos. La verdad es que si Cuevas lleva 22 años al frente de la CEOE, Rosell lleva 11 al frente de Fomento. La patronal catalana, ciertamente, se ha impuesto una limitación de mandatos, pero no con efecto retroactivo. En otras palabras, que Rosell podría permanecer como presidente de Fomento cuatro años más.