Sr. Director:
Ante la toma de posesión de Obama como 44 Presidente de los Estados Unidos, algunos se han emocionado, otros se han pasado en elogios "carné de socialdemócrata puro" le ha dado nuestro ZP.
En cambio, el Papa, oportuno como siempre y con la grandeza de su alma de pastor universal, señaló a Obama el camino a seguir al desearle que, con su presidencia, el pueblo norteamericano siga encontrando sus herencias, religiosa y política; los valores espirituales y éticos necesarios para la construcción de una sociedad justa y libre, marcada por el respeto de la dignidad, la igualdad y los derechos de cada uno de sus miembros.
¿Y todo para qué?: para que todas las naciones y pueblos del mundo puedan compartir el banquete de la vida que Dios desea para toda la familia humana. Ahí es nada: el banquete de la vida cuando ya sabemos cómo se niega la vida misma a quienes ni siquiera pueden defenderse... ¿Sabrá Obama entender el mensaje?
De momento tiene encandilado al mundo, pero ya se sabe que esa capacidad de seducción es el principal signo de quienes están en contradicción con las virtudes que se le atribuyen. En otras palabras: ¡qué bonito todo si todo fuese tan bonito..!
Enric Barrull Casals
enricbarcas@gmail.com