Cada día aparecen nuevos dirigentes socialistas que ante la ley de aborto libre que prepara el Gobierno, manifiestan su rechazo, aunque no llegan a pronunciarse abiertamente contra el proyecto conocido, por ejemplo el Presidente de Extremadura, ahora acalla su conciencia y dice que la reforma de la ley del aborto es para que las mujeres no vayan a la cárcel, como si por abortar ha habido alguna en la cárcel.
Todo lo más, como hizo el antiguo presidente de la Comunidad de Madrid, es considerar que el aborto es un mal y que nunca es voluntario, lo cual pone de relieve la contradicción de la propia propaganda demagógica del Gobierno, IVE (interrupción voluntaria del embarazo) le llaman.
Afirmaba además Joaquín Leguina, que en el proyecto de Zapatero hay mucho oportunismo y un interés electoral que busca provocar una reacción social, para luego identificarla con el oscurantismo y el miedo al progreso.
Muy bien Sr. Leguina, eso es reconocer una táctica pero no oponerse al aborto libre. Es asombroso que estén en contra del aborto libre, que reconozcan va contra la dignidad humana, etc., pero sean incapaces de oponerse al radicalismo zapateril. ¿Es miedo, tibieza, estómagos agradecidos o las tres cosas?
Jesús D Mez Madrid
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