La sentencia del Supremo no ha sido publicada. Ergo el asunto sigue sin estar zanjado. En primer lugar, porque probablemente la sentencia conmine al gobierno a modificar los decretos. Y en segundo lugar, porque la sentencia se aplica exclusivamente sobre los cuatro casos juzgados.
A la espera de una sentencia importante e interesante en sus argumentos jurídicos y en sus votos particulares, lo verdaderamente relevante es que el movimiento objetor no se ha amilanado. Desde que el Supremo emitiera una escueta nota con la sentencia, se han presentado 117 nuevas objeciones a la polémica asignatura. Confiamos en que en los próximos días conozcamos nuevos fallos judiciales y se incremente la cifra de objeciones. Y no sólo eso, sino que el movimiento objetor ha editado un video Yo no entro- en el que reiteran su voluntad de no entrar en un aula adoctrinadora.
No sólo eso, sino que la ccordinadora de la campaña de objeción, Leonor Tamayo, informa que el sentimiento del movimiento objetor es de ánimo, empuje y esperanza. Todos los días nos llegan testimonios de padres dispuestos a seguir adelante, apunta. Estos son algunos:
Vamos a seguir adelante por los padres que llevan más de un curso aguantando enormes presiones y sobre todo por los niños, que son verdaderos héroes, por su futuro y el de todos.
Marisa Pérez Toribio (Soria)
Ana, mi mujer, y yo vivimos con intensidad el día 28 de enero y los siguientes que precedieron a la nota de prensa (que no sentencia) emitida por el Tribunal Supremo. Solamente tenemos una cosa muy clara: No negociaremos con la formación moral de nuestro hijo.
Miguel Ángel Ortega y Ana Ortíz (Madrid)
El fallo del Tribunal Supremo (a falta de la sentencia, de momento), nos sitúa en uno de los escenarios con lo que ya contábamos. Por lo tanto conocemos el camino a seguir. Somos conscientes de que es muy grave lo que está en juego, por eso estamos dispuestos a emplear todos los recursos legales a nuestro alcance.
Inmaculada López (Segovia)
¡No se dan cuenta de que el conflicto está en nuestras conciencias, en lo más profundo de nuestro ser padre o madre! En cualquier caso, es una verdadera lástima que a estas alturas sigamos sin conseguir un modelo de educación con el que todos podamos dormir tranquilos.
Daniel Muñoz y Gema Cascos (Badajoz)