• Y Rajoy le urge para que acelere lo que ya se conoce como reforma energética: suprimir subvenciones.
  • Desde Moncloa se insiste a Soria que no se admitirán subidas impopulares del recibo de la luz.
  • La Triple A sigue ganando batallas: los MW pre-asignados supondrán subvenciones por otros 1.000 millones de euros anuales.
  • La moratoria de tres semanas atrás sólo ahorró 160 millones de euros.
  • Iberdrola y Endesa no quieren impuestos... ni quieren Garoña.
  • Por primera vez, Ignacio Galán y Borja Prado se muestran de acuerdo en algo.

Si hay un ministro que lo está pasando mal es el titular de Industria y Energía, José Manuel Soria (en la imagen). Su compañero y amigo, Luis De Guindos, ya ha presentado su reforma bancaria; Fátima Báñez la reforma laboral y Cristóbal Montoro la de la Administración Pública, aunque esté inacabada. Pero él aún tiene pendiente lo que ya se denomina como Reforma Energética que tiene un objetivo principal. Terminar con el déficit de tarifa que acumula cerca de 25.000 millones de euros.

El principal responsable de ese déficit son las subvenciones a las energías renovables, especialmente la solar, la fotovoltaica y la termosolar. En éste última impera la llamada Triple A, es decir, Abengoa, ACS y Acciona. Pues bien, a pesar de sus protestas, lo cierto es que la moratoria decretada por el Gobierno tres semanas atrás sólo les supondrá una reducción de primas de 160 millones de euros al año. Poco para un déficit de tarifa que en 2011 terminó por encima de los 7.000 millones de euros y que ya acumula más de 24.000 millones.

No sólo eso, Soria no quiso abrir la batalla jurídica y aceptó mantener las primas a las instalaciones termosolares pre-registradas: en definitiva, la Triple A consiguió mantener unas subvenciones públicas que supondrán 1.000 millones anuales más de déficit de tarifa. O sea, un desastre.

Y así es como surgen noticias tan curiosas como las del pasado fin de semana, en la que el ministro Soria trata de congraciarse con Endesa e Iberdrola, propietarias de Santa María de Garoña, asegurando que podría mantener en funcionamiento la central en breve. Ya  se ha conseguido un gran milagro: que Ignacio Galán, presidente de Iberdrola, y Borja Prado, presidente de Endesa, se hayan puesto de acuerdo en algo. En efecto, ninguno de los dos considera prioritario ahora el mantenimiento de Garoña, entre otras cosas porque por la caída de la demanda, y tras el parón de Zapatero, dudan que pueda resultar rentable.

Miriam Prat

miriam@hispanidad.com