Sr. Director:

"La Conjura de los Necios" es un clásico del boca a boca, paradigma de la complicidad y el "correveidile" entre lectores. Este comentario sobre tan ácida y siempre real temática social, obra póstuma de J. Kennedy Toole, se hace más patente cada vez que se avecinan las elecciones en este país que ya no sé si debo llamar España.

Pues necios somos todos aquellos que olvidamos fácilmente nuestra responsabilidad social y votamos sin un criterio estudiado y consciente, sin tener en cuenta el peso de cada papeleta al dejarla en una urna. Valga un ejemplo: si todas las mujeres del país dejásemos de votar, no habría ningún partido político en el poder porque ninguno alcanzaría el porcentaje suficiente. No habría en las urnas suficientes papelitos de colores. Las elecciones se declararían nulas y el poder se tambalearía. Entonces, y de una vez por todas, tendrían que pensar en serio porque se les moverían los palos del sombrajo. ¡Fácil, ¿cierto?! Pero lo que no es tan fácil es ponerse de acuerdo. El personal no está por la labor: no hay líderes a quienes seguir. Porque necios somos los que olvidamos que, con cada voto, delegamos nuestro poder personal inherente a cada ser humano, en manos de otros tantos a quienes no conocemos, ni hemos hablado con ellos, ni sabemos de sus valores ni creencias, ni su visión y misión al presentarse para gobernarnos.

Y lo que conocemos de algunos, deja tanto que desear que es mejor olvidarlos. Si unos son malos, los otros son peores. Y si somos tan necios que nos dejamos embaucar por las costosas campañas electorales, entonces sí que de verdad tenemos el Gobierno que nos merecemos. Necios somos los que olvidamos con facilidad, dentro de nuestra indiferente zona de comodidad, que nuestro país se está desmembrando por el sólo hecho de que nuestros políticos se lo reparten, tratando de arrimar el ascua a la sardina más conveniente. Necios somos los que olvidamos casos que claman al cielo como Rumasa, Afinsa y Forum, uno por cada gobierno del PSOE. Y si les damos cancha, seguro que a la tercera va la vencida y nos venden trozos del país o lo que queda de él al mejor postor.

En fin, porque más necios seremos todavía si hacemos la vista gorda, una vez más, y les volvemos a dar las riendas del poder. ¡Sálvese el que pueda!, sobre todo si es empresario inteligente, capaz y con éxito, -lo que significa salirse de la masa de mediocridad que nos asfixia- porque todo lo que sea darle un corte de mangas a los intereses creados, a la Banca, al capitalismo y corporativismo endémico del Grupo de Los de Siempre, no interesa. Y se lo cargan. Porque para eso les hemos dado el poder. Aunque luego se demuestre que metieron la pata, como de costumbre, y tengan que pagar daños y perjuicios millonarios, el mal ya está hecho.

Las 470.000 familias españolas arruinadas. Y el Gobierno, que se supone vela por nuestros intereses, tan tranquilo como responsable. Necios seremos una vez más si apoyamos a esta cáfila de tecnócratas irresponsables que han convertido a nuestro país, tercermundista donde los haya, en el hazmerreír de muchos otros. Menos mal que nuestro ínclito filósofo Fernando Savater (autor de "Contra las Patrias" entre otras grandes obras) se presenta por fin a estas elecciones.

Al menos podremos votar con confianza a alguien con criterio, inteligencia y sentido común. Esperemos.

Inma Capo Panades

inma.capo@gmail.com