Los resultados de las elecciones autonómicas y municipales parecen claro: a la época Zapatero sigue el nuevo ciclo político, con el Partido Popular como ganador. Al Zapaterismo le sucede el Marianismo, cuya ideología es el centro-reformismo inventado por Aznar y en su versión más 'light' o, si lo prefieren, más alejada de la democracia cristiana y más volcada en las medidas económicas capitalistas. Las declaraciones de Rajoy en campaña en el sentido de que modificará la ley de aborto de 2010 pero no la de 1985 lo dice todo.
Por otra parte, el movimiento 15-M, que comenzó con un formidable aire renovador, centrado en la crítica a los mercados financieros, los que han provocado la crisis, se ha pervertido en los últimos cinco días. Ahora ya se conforma con una reforma de la ley electoral y poco más. Además, tras la manipulación del PSOE –un fracaso- y la oposición frontal del PP, el movimiento ha sido secuestrado por okupas, feministas, ultraizquierdistas y cristófobos. Ni tan siquiera han logrado articular una alternativa de… "democracia real". Se han conformado con solicitar un cambio en la reforma de la ley electoral, en medio de mensajes ultras y de un ambiente que ha convertido una espléndida alternativa a la economía financista en un sarao marginal y hortera, lo más parecido a un botellón, donde se reparten condones, supongo que para crear un nuevo mundo.
Por último, otro titular de portada corresponde al proetarra Bildu, que ha obtenido 300.000 votos y un triunfo en San Sebastián. Unas cifras que ponen en cuestión al Tribunal Constitucional y al Gobierno Zapatero que propició el fallo pro-Bildu.
En cualquier caso, el PSOE ha sido derrotado, el PP ha ganado y se abre un nuevo ciclo político en España. Mayoría absoluta de Rajoy en las ocho capitales andaluces de provincia en Andalucía, Barcelona para CIU y nuevo gobierno autonómico del PP en Cantabria, Baleares, Castilla-La Mancha y, probablemente, Extremadura, Aragón y Asturias.
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, reconoció la derrota, y achacó el desastre de la crisis económica. Según él, el gobierno socialista no ha sabido explicar las razones de la crisis ni las medidas para combatirlo. Habló de llevar acabo más reformas pero no se ha planteado ni su dimisión como secretario general ni mucho menos como presidente del Gobierno, que es lo que le reclama su segundo, Rubalcaba quien, por cierto, no le acompañó en la sede de Ferraz en el momento de reconocer el desastre del 22-M. En otras palabras, no habrá adelanto electoral y, además, ZP vuelve a abofetear a Rubalcaba: aseguró que habrá primarias.
En cualquier caso, el PSOE ha perdido 2 millones de votos, que no serán fáciles de recuperar.
Respecto al PP, un detalle: Dolores de Cospedal presidirá Castilla-La Mancha pero no renuncia a ser la número dos del PP. Cuidado con Cospedal. Mala noticia para los que creemos en los valroes no negociables: vida, familia, libertad religiosa, libertad de enseñanza y bien común.
550.000 votos en blanco, más de 900.000 si suman los votos nulos (que no se si hay que sumarlo). Un porcentaje importante que viene tanto de la izquierda como de la derecha y, sobre todo, de los precitados: aquellos que aprecian los valores no negociables, especialmente, los católicos. En cualquier caso, una cifra que debería obligar a los dos partidos mayoritarios, PP y PSOE, a repensar su actuación. Me temo que no lo harán.
Eulogio López
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