Todos los días cierran cientos de pequeñas empresas, propiedad de cuentapropistas, es decir de personas que se han creado su propia máquina de facturar, que son los más productivos en todo Occidente -entre los autónomos no hay horario-, los menos gravosos para el erario público, los que proporcionalmente pagan más impuestos y, encima, los que más puestos de trabajadores crean, mucho más que las grandes multinacionales. Ésas no cierran: simplemente despiden a cientos, a veces miles, de asalariados a las listas del paro subsidiado.
Es decir, que ZP, como un boxeador grogui, superado por la avalancha de golpes que recibe en cada asalto, ha optado por cargarse a la gallina de los huevos de oro. El Zapatismo realmente ha enloquecido. Quiere un mundo lleno de grandes gobiernos y de grandes corporaciones, una sociedad formada por asalariados y contribuyentes, que combine capitalismo y socialismo, rentistas y confiscatoria, tendente a anular la propiedad privada.
Es decir, caminar justo en contra de donde señala el sentido común.
Eulogio López
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