La crisis política brasileña es de las que hacen órdago. Con razón la vicepresidenta De la Vega afirmaba en privado que Lula tenía algunos problemas de corrupción. En realidad, no son algunos, son todos. El último lo ha revelado el diario O Estado de Sao Paul los hijos de Lula y sus familiares, hicieron viajes entre Sao Paulo y Brasilia pagados por el Partido de los Trabajadores (PT).
Así las cosas, el vicepresidente, José Alencar, ha decidido hacerle la cama. Era un hombre fiel, pero la fidelidad, muchacho, a veces tiene fecha de caducidad. Alencar ha dicho que está preparado para sustituir a Lula. Y no contento con eso, ha anunciado que modificaría la política económica practicada rebajando los tipos de interés. La guerra entre los posibilistas y los puristas del PT está más que abierta.