Sr. Director:

¡Cuánto se habla hoy de la Iglesia! Muchos esconden la verdad y buscan salpicar de barro su belleza.  Hay gente que puede resultar un desprestigio para ella, pero hasta en esto muestra su rostro de Madre. No reniega de ninguno de los suyos y ha pedido perdón por los que, alejados del espíritu evangélico, han causado escándalos.

Ella sola entre tantos asume el pasado de todos sus miembros y sale renovada. El verdadero rostro de la Iglesia se representa en los cristianos coherentes. Con frecuencia sobresalen los que la reflejan radiante en su vida.

Nos llamó la atención la beata Teresa de Calcuta, y nos la siguen llamando tantos hombres y mujeres de fe y esperanza que se dejan la piel en aras de la caridad. Ahora Servimedia nos ha dado la noticia de la extraordinaria labor solidaria de un anciano jesuita español, el Luis Rodríguez Suárez. Con noventa años a las espaldas, ha levantado un centro para enfermos terminales de Sida en Hong-Jian (China). Antes había puesto en marcha 145 leproserías en territorio asiático que atienden   10.000 enfermos. Este Padre jesuita representa el rostro verdadero de  la Iglesia.

Supimos  hace poco, de un sacerdote español que con Obispo y otros misioneros en territorio africano duerme con los chicos de la calle en sus guaridas  para protegerlos y evitar que los lleven a la guerra. Representan el rostro maternal de la Iglesia.

 

Muchos conocen la labor en América del que fuera Obispo de Palencia, don Nicolás. Ha levantado  y una iglesia. También él representa el rostro tierno de la Iglesia.

 

Unas misioneras de Mozambique denunciaron el tráfico de órganos de niños Por su preocupación por la vida, éstas mujeres representan al vivo el corazón de la Iglesia.

 

Las Misioneras de la Caridad continúan la labor encomiable de su fundadora con huérfanos, leprosos y moribundos. Representan, como su fundadora, el bello rostro de la Iglesia.

 

A la Iglesia la representan muchísimas personas enamoradas de Cristo y de su Evangelio, dispuestas a vivir desinteresadamente su mensaje de paz, de solidaridad, de compasión y de  reflejo del Testamento de Cristo: "Amaos los unos a los otros como yo os he amado". Estas personas han encontrado sentido a su vida y son felices.

Josefa Romo Garlito

pepirromo@yahoo.es