Cataluña es una de las comunidades autónomas donde rige la "moratoria" para la creación de nuevos hipermercados. Además, el Tribunal de Defensa de la Competencia de Cataluña dictaminó que la fusión entre Alcampo y Continente generaba una situación de posición dominante en el mercado catalán, obligando a la fusionada a realizar desinversiones.
Por su parte, Pedro Swartz es la persona encargada por el lobby de las grandes superficies para defender la liberalización comercial. Su buen nivel de interlocución con el Gobierno permitió que Economía lanzase un informe a la opinión pública en el que aseguraba que la liberalización recortaría la inflación en un punto. ¡Albricias y pan de Madagascar! El tendón de Aquiles de nuestra economía pendiente de la aplicación de los principios liberales al comercio.
Por si fuera poco, la misma Comisión Europea asegura en su informe sobre la situación económica española que "existen rigideces" en el sector comercial que impiden la libre competencia. Lo que no parece observar el inteligente comisario, Pedro Solbes, es que, además de rigideces (horarios comerciales y moratoria), hay sospechas de concertación de precios investigadas por el Servicio de Defensa de la Competencia. Ya puestos, el Servicio podría investigar quién estuvo detrás de la batalla de los farmacéuticos en paro que exigían la liberalización de los despachos de farmacia.
Por su parte, el pequeño comercio también libra su particular batalla. Saben que no pueden competir contra la gran superficie. Aunque también olvidan las oportunidades de encontrarse cerca de los grandes centros comerciales. Por eso, sorprende que el pequeño comercio de Arroyomolinos se queje de la instalación del macro-centro Xanadú, que previsiblemente atraerá a miles de visitantes anuales.
Pero la oposición liberalizadora del tripartito catalán probablemente tiene otro origen. Caprabo es una empresa catalana, de capital catalán, fruto de la fusión de tres pequeños supermercados. La administración convergente protegió mediante la moratoria a los suyos. Y curiosamente, el tripartito no ha variado su política respecto al comercio. Probablemente, porque la burguesía catalana se reparte a partes iguales entre CiU y PSC.