La política del agua resulta decimonónica
Parecía que el debate sobre las eventuales opas sobre Iberdrola estaba muerto. Pues bien, apaciguada la tormenta, el secretario general de UGT, Cándido Méndez, sin venir a cuento, lanzaba su advertencia en la tarde de este martes: sería muy negativo un debate para despedazar una compañía como consecuencia de las desavenencias de sus accionistas.
No siguió en su argumentación. No citó a Iberdrola, ni siquiera a una compañía eléctrica, pero todo el mundo lo entendió perfectamente. Si como consecuencia de un debate supuestamente ecologista y absolutamente estéril, dejamos la puerta abierta a la entrada de EDF en Iberdrola con el apoyo de ACS y eso termina en el troceo de la eléctrica vasca, habremos hecho un pan con unas tortas. Es una traducción no literal, pero se entiende perfectamente.
Por último, Méndez ofrece que los agentes sociales realicen un acompañamiento en la política del agua hacia un modelo de política de Estado. En su opinión, las tiranteces regionales son propias de políticas decimonónicas. Cierto. Lo que no se entiende es por qué los sindicatos -defensores de los trabajadores- deben realizar semejante labor de acompañamiento.