Sabadell se une a Banesto y Bankinter en la presentación de los resultados 2010 y, como le ocurrió a los dos anteriores, los resultados no son buenos. Mejores que los de la filial del Santander y mucho mejores que los de la entidad de Jaime Botín, pero no buenos.
Razones: la primera, que la venta de sus propios inmuebles para quedarse en alquiler (sale and leaseback) le ha supuesto 279 millones de euros, el 60% del beneficio. Recordemos que en tiempos de Mario Conde se le criticó por esto y se modificó la norma en el sentido actual: la venta de un activo y su posterior adquisición en régimen de arrendamiento financiero se contabiliza como si se hubiera recibido un préstamo con la garantía del bien vendido (que permanece en el balance del vendedor) como modo de evitar la revalorización de activos y su abono a resultados. En cualquier caso, son resultados polémicos y nada recurrentes.
El otro problema del Sabadell es la liquidez. La propia entidad ofrece las siguientes cifras: en 2010, su inversión crediticia creció un 12% anual y sus recursos propios un 30%. La diferencia, lógicamente, estriba en que el Sabadell se está refinanciando con el dinero de sus clientes de pasivo. Dicho de otra forma, está cambiando de acreedores, pero no está dedicando su liquidez a otorgar créditos. Mal síntoma, confirmado por las previsiones de futuro del propio banco, que hablan de un crecimiento anual del crédito, durante los próximos tres años, del 5% por un crecimiento del 10% en recursos de clientes.
En otras palabras: no se están empleado los depósitos para ofrecer crédito sino para refinanciar la propia deuda. Es un trasunto de acreedores, sólo que cambias el acreedor barato por el caro, a la par que incumples tu función de banquero que consiste en coger dinero con una mano y prestarlo con la otra, para dinamizar la economía.
A más a más, esa falta de liquidez, presagia un año 2011 aún más complejo, dado que, aunque los tipos de inversión están subiendo aún lo harán más los de financiación, dada la escasa liquidez de los mercados. Y, en paralelo, los ingresos por resultados de Operaciones Financieras (ROF), aún muy fuertes, descienden. Al parecer, la intermediación en deuda no da más de sí como medio de conseguir beneficios extra.
Por lo que respecta al margen de intereses, éste cayó un 8,8% en 2010 con respecto al ejercicio anterior. El banco explica este retroceso por la ralentización de la actividad comercial y el mayor coste de los depósitos. Durante el pasado año el Sabadell obtuvo un beneficio bruto de 464,3 millones de euros, un 18,7% menos que en 2009. El ejercicio se cerró con un Tier I del 9,36% y un Core Capital del 8,20%.
En la presentación de resultados de este jueves, la entidad señaló que su exposición al riesgo inmobiliario y constructor ascendió a cierre de 2010 a 10.170 millones de euros, lo que supone el 13,9% de la inversión crediticia bruta. Sabadell acumula unos préstamos dudosos en este segmento de 1.543 millones de euros, equivalente a una tasa de mora del 15,31% en esta actividad.
Eso sí, por situar a cada cual en su lugar, hay que insistir en que el semblante que presenta el Sabadell en sus cuentas 2010 resulta más risueño que el de Banesto y sobre todo, que el de Bankinter. Pero no sido un buen año ni se columbra un 2011 mejor, sobre todo si no controlan la morosidad, que saltó del 3,7% de 2009 al 5% de 2010. De hecho, el presidente del banco, Josep Oliú, estima que la morosidad tocará techo en el presente ejercicio y a finales de 2011 se encontrará en descenso. Oliú basa su afirmación en el hecho de que la entidad cuenta con pocos clientes relativos pendientes del subsidio de desempleo, por lo que existen pocas probabilidades de que se incremente la mora.
Rodrigo Martín
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