Sr. Director:
Parecía que el empeño del PSOE de deslegitimar públicamente a
la Iglesia, después del primer impulso y la comida de Rodríguez Zapatero con el Nuncio, había descendido de intensidad, pero la matraca continúa. A la escenificación mitinesca del Presidente en un templo desacralizado, le han acompañado unas declaraciones del portavoz en el Congreso en las que afirmaba que sería deseable que hubiera una aceptación mucho más clara de algún sector de los obispos de las reglas democráticas. Si no fueran sus palabras tan gravemente insultantes a la verdad, a la realidad y al sentido común, este político debiera dedicarse a otra cosa, si es que es capaz. El problema es que las acusaciones en este momento de la vida española quedan impunes y cualquiera se siente legitimado para decir cualquier cosa sin el menor escrúpulo y sin tener en cuenta las consecuencias.
El señor López Garrido debe demostrar, y si no rectificar públicamente, en qué momento algún sector de los obispos, como él dice, no ha aceptado las reglas de la democracia y la legitimidad del sistema por el que se rige el Gobierno de los españoles. Tal vez el subconsciente le engaña y cuando hace estas afirmaciones está pensando en como actúan algunos grupos próximos al partido. Esperemos que el tiempo aclare las cosas y ponga a cada uno en su sitio.
Jesús Domingo Martínez
jdmbanyos115@gmail.com