Se unieron en matrimonio, a pesar de la implacable Ley Coránica Sharia, que no admite matrimonios mixtos. A Imran fueron a detenerlo en su casa y lo llevaron a la comisaría; le golpearon y seccionaron el pulgar de la mano izquierda en señal de punición. A Jenny la recluyeron y fue violada por varios policías
Imran y Jenny viven en Santander aguardando el permiso de residencia. Si no lo consiguen tendrán que regresar a sus países por separado, sin sus dos hijos. Imran a Pakistán, donde le espera la cárcel, la tortura y la muerte por blasfemo y apóstata, ya que se convirtió al cristianismo. Jenny regresaría a Indonesia, donde le aguarda una vida precaria.
Esta bonita historia ha quedado frustrada por el comportamiento económicamente irregular de la pareja. En un juzgado de Santander existe una querella criminal contra Imran y Jenny. Según la Policía Nacional de Cantabria están en paradero desconocido y con una orden de busca y captura.
Clemente Ferrer Roselló
clementeferrer@yahoo.es