El alcalde de Madrid pide al Gobierno que aborde la situación económica actual como si fuera una crisis
Gran expectación por la comparecencia de Alberto Ruíz-Gallardón en la tarde del martes en el Casino de Madrid. Con un PP en plena división, había que ver dónde se situaba Gallardón. El alcalde de Madrid no esperó a que se lo preguntaran: Estoy convencido de que el mejor director, quien dará fuerza y coherencia a este proyecto y el hombre que reúne las cualidades para acometer hoy esta tarea es el presidente del Partido Popular, Mariano Rajoy. De este modo, Ruíz-Gallardón toma posición en contra del anterior presidente del partido, José María Aznar: por un lado, apoyando a Mariano Rajoy, por otro defendiendo la idea de que hay que intentar pactar con los nacionalistas (aunque sin dejar que éstos frenen la construcción del país). Pero, además, Gallardón recordó que las dos principales fuerzas nacionales suman el 90% de los votos en el Congreso de los Diputados. Por si no quedara suficientemente claro, el alcalde capitalino recordó aquel congreso popular en el que Manuel Fraga rompió la carta en la que Aznar ponía su cargo a disposición del fundador: Ni tutelas ni tutías, dijo entonces don Manuel. Y ese fue el mensaje que repitió Gallardón este lunes.
¿Es el tapado para la secretaría general? La respuesta fue un no, rotundo y seco. Es cierto, pero la brevedad de la respuesta exige explicación: el propio Alberto Ruíz-Gallardón defendía minutos antes que Rajoy no hubiera anunciado quién ocuparía ese cargo; para ello se escudó en que los estatutos aún no han definido la estructura del partido. En esa nueva estructura, como ya ha adelantado Hispanidad, Gallardón ocuparía una vicesecretaría y, aunque dice no haber pedido nada, su deseo es ser el portavoz del partido.
Por lo demás, a muchos de los presentes el discurso de Alberto Ruíz-Gallardón en el Casino de Madrid les sonó a discurso de investidura. Tras el panegírico del Madrid posterior a la llegada del PP a la alcaldía en 1995, Gallardón repasó cuestiones de ámbito nacional. Por ejemplo, si Madrid es la tercera capital europea junto a Londres y París, para el alcalde España debe acercarse al PIB per cápita de Alemania y Francia, horizontes próximos a los que se puede llegar en tres legislaturas. En esto no difiere mucho su discurso del de Zapatero, aunque Gallardón critica la propuesta socialista de malversar el superávit en política asistencialista, que no social, en lugar de realizar inversiones que mejoren la vida de los ciudadanos. Además, Gallardón no quiso entrar a calificar si la situación actual es de crisis o de desaceleración, pero instó al Gobierno a tomar medidas como si se tratara de una crisis, para que ésta no coja al país fuera de juego cuando llegue.