El PP celebrará este sábado la incorporación del CDS en sus estructuras. El partido que liderara Adolfo Suárez, fue un cadáver viviente durante muchos años, pero mantenía una cuota electoral cercana a los 50.000 votos. Unos votos que podían resultar esenciales para dirimir determinadas elecciones. Así que el PP ha decidido comprarlos. De esta manera se garantizan los votos que la simple marca genera.
A cambio, como es lógico, se coloca en puestos de privilegio a los dirigentes de un partido que no habrían hecho otra cosa que ver los toros desde la barrera. Además, se asumen las deudas y se evita que el CDS pudiera ser comprado por un arribista de la política como lo fue en su momento Mario Conde. Operación perfecta, realizada con cierta discreción y que apuntala claramente la estrategia de centrar el partido. Tanto lo quieren centrar que los rumores sobre la posibilidad de la desaparición del humanismo cristiano en los estatutos ha vuelto a resucitar. La convención está a la vuelta de la esquina. Y será entonces cuando el PP y Mariano Rajoy se tendrán que retratar.