- El rescate soberano fracasa en Irlanda; el bancario, también: en el fondo hablamos de lo mismo.
- Mala lectura inicial del susto irlandés del jueves: Dublín no liquida el Anglo Irish Bank, sino que trasfiere sus activos tóxicos a un banco malo.
- Y encima, solicitan a Bruselas lo que se le negó a España: capitalización directa de las entidades.
- Y lo peor es que se lo concederán: tras el error cometido, ahora la Eurozona tiene que salvar a todos los países y a todos los bancos... con cargo a los ciudadanos.
- Menos mal que Rajoy no pidió el rescate de la deuda española.
En Irlanda ha sido donde se ha demostrado el desastre de los famosos rescates. Es lógico, porque, aunque en mejor situación que Portugal y Grecia, lo de Irlanda fue un rescate dual: el soberano y el bancario. Más que nada porque la deuda soberana irlandesa residía en los bancos irlandeses.
Pues bien, ante el temor de una filtración, que ya se estaba produciendo, el Gobierno irlandés decidió cerrar el antiguo Anglo Irish Bank. Pero no se trata de aplicar la lógica de dejar quebrar a los quebrados, salvando a los depositantes y dejando que pierdan los inversores. Lo que se ha hecho aquí es trasladar los activos tóxicos de la entidad finiquitada a otra entidad. Cinco Días es quien mejor lo ha explicado: "El banco malo se queda con el banco peor".
En resumen, el modelo de los rescates, tanto soberanos como bancarios, ha pinchado. Mismamente en Dublín. No se salva a la banca rescatándola, simplemente se prolonga la agonía y al final se exige un nuevo rescate. Porque encima, resulta que ahora Irlanda exige, ante su nueva asfixia, la capitalización directa de sus bancos, mismamente lo que se ha negado a España. Y lo peor es que lo pueden conseguir. Ni Ángela Merkel (en la imagen) puede permitirse, a estas alturas, más sustos en la Eurozona. Ahora, por los errores cometidos, hay que salvar a todos los bancos y a toda la deuda soberana… a costa de los ciudadanos.
Menos mal que Mariano Rajoy resistió la tentación de pedir un rescate soberano el pasado mes de julio. A punto estuvo de hacerlo, presionado, entre otros, por una oposición irresponsable que un día le animaba a pedir el rescate y al siguiente utilizaba el manido rescate como prueba del desastre gubernamental.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com