El resultado del segundo estudio mental concluyó que Breivik no se hallaba en estado psicótico cuando cometió los atentados y que, por tanto, es penalmente responsableEste lunes ha declarado en Noruega Anders Breivik, el autor confeso del asesinato de 77 personas el pasado 22 de julio en la isla de Utoya. Atención a sus palabras: "Reconozco los hechos, pero no la culpabilidad. Actué en defensa propia". Y ha añadido: "No reconozco a los tribunales noruegos, que han recibido su mandato de los partidos políticos que apoyan el multiculturalismo. No reconozco la autoridad del tribunal".
Al asesino noruego algunos lo tildan de loco, otros de fanático, otros de ultraderechista e incluso lo tacharon de fundamentalista cristiano (algo extraño, pues era masón y entre la masonería y el cristianismo hay una abierta incompatibilidad).
Según las informaciones que llegan de Noruega, la Fiscalía mantiene una "expresa reserva" relacionada con el resultado del segundo estudio mental, que concluyó que Breivik no se hallaba en estado psicótico cuando cometió los atentados y que por tanto es penalmente responsable, y el resultado de la presentación de pruebas a lo largo del proceso.
Lo que se puede decir es que existe el mal en el mundo, y cuando ocurre algo así no siempre se puede recurrir a la explicación: 'estará loco'. Las ideologías fanáticas pueden contaminar la cabeza de tal manera que anulen los naturales sentimientos de culpa y de empatía, como explica Fernando José Vaquero en su libro 'La Ruta el odio. Cien preguntas sobre el terrorismo' (reseña de Forum Libertas).
El asesino Breivik ha dicho: "Actué en defensa propia". Por lo que la reflexión anterior parece de plena validez.
José Ángel Gutiérrez
joseangel@hispanidad.com
Al asesino noruego algunos lo tildan de loco, otros de fanático, otros de ultraderechista e incluso lo tacharon de fundamentalista cristiano (algo extraño, pues era masón y entre la masonería y el cristianismo hay una abierta incompatibilidad).
Según las informaciones que llegan de Noruega, la Fiscalía mantiene una "expresa reserva" relacionada con el resultado del segundo estudio mental, que concluyó que Breivik no se hallaba en estado psicótico cuando cometió los atentados y que por tanto es penalmente responsable, y el resultado de la presentación de pruebas a lo largo del proceso.
Lo que se puede decir es que existe el mal en el mundo, y cuando ocurre algo así no siempre se puede recurrir a la explicación: 'estará loco'. Las ideologías fanáticas pueden contaminar la cabeza de tal manera que anulen los naturales sentimientos de culpa y de empatía, como explica Fernando José Vaquero en su libro 'La Ruta el odio. Cien preguntas sobre el terrorismo' (reseña de Forum Libertas).
El asesino Breivik ha dicho: "Actué en defensa propia". Por lo que la reflexión anterior parece de plena validez.
José Ángel Gutiérrez
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