"Es un derecho consolidado que ni ustedes ni Dios les pueden quitar". Así, como suena, en la Tribuna del Congreso de los Diputados. Que un diputado salga majadero no es noticia pero que el majadero del diputado Coscubiela (en la imagen) haya usado el nombre de Dios en vano y ni un solo diputado, por ejemplo del Partido Popular, al que la izquierda acusa de seguir los dictados de los obispos, haya salido al paso para recriminarle su actitud blasfema, o al menos irreverente, llama la atención.

Tampoco ningún periodista, sobre todo de ésos que analizan con lupa cualquier declaración que pueda sonar animosa o violenta, o discriminatoria, o sólo políticamente incorrecta, ha reprochado al majadero que utilizara la televisiva tribuna del Congreso para ofender a Dios y a todos los católicos. Por ejemplo, a mí.

Es verdad que a la progresía ya sólo le queda lo de "arriba los curas y abajo las faldas". Pero parece que el diputado de Izquierda Unida -sección catalana de IC- siente la imperiosa necesidad de ofender. Y para ello, lo mejor es insultar a los católicos, que son los únicos que creen en algo. Coscubiela todavía no incendia templos. A lo mejor es porque no se atreve, pero convendría pararle los pies en este nivel de cristofobia.

Eulogio López

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