Lo ha dicho Robert Chapman, destacado miembro de los llamados analistas con prestigio: España será determinante en el colapso de la eurozona. Su afirmación resulta tan profunda y que precisa glosa: el amigo Bob vaticina dos tragedias: que Europa se va a colapsar que España será la culpable.

En plena transición, el inefable Manuel Fraga, más conocido como don Manuel, protagonizó una famosa intervención, sesudamente preparada, de unos cinco minutos de duración ante la asociación de analistas financieros, que terminó con una enjundiosa conclusión: Si quieres ser feliz como me dices, no analices, muchacho, no analices.

Dos veces he dialogado con este monstruo del pensamiento a lo largo de mi vida periodística: en la primera me expulsó del despacho, en la otra me marché. Somos almas gemelas, pero reconozco que no andaba errado con su descripción de los analistas. Este tipo de superhombres se caracterizan por una gran capacidad atlética en materia de salarios: atraviesan las murallas chinas entre el análisis y la operativa con sorprendente celeridad.

Por ejemplo, el amigo Bob analista, predice el colapso de Europa a causa de España: a renglón seguido, en un alarde de coherencia, maneja los fondos que le han sido confiados para apostar contra la deuda pública española, con lo que, si la suerte acompaña y otros le secundan, la imagen se convertirá en realidad y el Gobierno español se verá obligado a ofrecer más rentabilidad para sus bonos hasta que se hunda todo el cotarro y sea salvado por el fondo de rescate europeo... acción que enviará al paro o a la miseria a un numeroso grupo de españoles de los que no invierten en deuda porque no tienen pecunio para invertir. De este modo se cumplirá la segunda profecía de don Roberto: con la caída de España, el fondo de rescate europeo se quedará sin fondos y toda Europa se colapsará. Es lo que el premier griego, Giorgos Papandreou, califica como profecías autocumplidas.

Este es el tinglado de la antigua farsa de los mercados financieros. El peso de la deuda en España es inferior al de Reino Unido, Italia, Bélgica y similar al de Alemania. Pero el amigo Bob, al igual que los políticos alemanes y los analistas y financieros de todo el continente han decidido que hay que salvar a sus ricos inversores en deuda española mientras los analistas al estilo Bob han decidido que con la debacle española ellos se pueden forrar. Naturalmente, pueden hacerlo porque hay un rescatador y seguirán ejerciendo su lucrativa e inmoral actividad hasta el momento en que a alguien se le ocurra la única solución con la que parar el alud de la actual crisis financiera: dejando que quiebren los bancos en quiebra y las deudas soberanas quebradas. En ese momento, será el mercado, el puñetero mercado, sabrá que no puede especular contra una deuda soberana y los políticos sabrán que no pueden emitir deuda sin parar más que nada porque las deudas hay que pagarlas y, si hacen quebrar a un país, ese país les echará del poder. Es decir, que la única solución a la crisis financiera actual consiste en que cada cual afronte su responsabilidad y como ordena el séptimo mandamiento: pagar las deudas. Y si no puedes pagarlas, pues no te endeudes.

Chapman califica a Zapatero de tonto. No sé si ZP es tonto pero lo que está claro es que Bob es un listo.

Eulogio López

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