El pasado año se encontraba en el 1,6%.
El IPC español sigue disparado y el armonizado lo ha situado el Eurostat en el 3,3%, mientras que el INE situó su tasa en el 3,6% -la diferencia está en la forma de elaborar la cesta de productos, así como en la ponderación de los mismos-.
Pese a la tasa tan elevada que existe en España, los temores de los analistas europeos no sólo se fijan en nuestro país, sino en toda la zona euro. Y es que el IPC armonizado de febrero en la eurozona también es preocupante al situarse en el 2,7% en el mes de marzo, ascendiendo así tres décimas desde el pasado mes. Pero además, comparado con la inflación del mes de marzo pasado, la diferencia es más acentuada, ya que en 2010 el IPC armonizado estaba en el 1,6%.
La inflación armonizada de la zona euro se mantiene de esta manera muy lejos del nivel considerado adecuado por el Banco Central Europeo (BCE) que sitúa en menos del 2% el porcentaje para cumplir con el objetivo de estabilidad de precios. Ante este panorama, se abre la posibilidad a una nueva subida de tipos por parte del BCE.
Los productos que más han contribuido a esta escalada son los transportes (5,6%), la vivienda (5,1%) y el alcohol y el tabaco (3,6%), mientras que los que lo han hecho de forma negativa son las comunicaciones (-0,6%) y el ocio y la cultura (-0,3%).
Andrés Velázquez
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