Pretende salvar a PRISA e introducir en España a otro grupo socialista

Matías Cortés hace trampa: los Polanco sólo aceptarán ahora una deuda de 1.100 millones de euros, no de 2.300. En cualquier caso, la venta sigue siendo un atraco. Mientras, Alierta se pregunta por qué necesita ir con nadie. PRISA comisionó a Tele 5 para que hiciera pública su oferta de 2.800 millones de euros. France Telecom y ONO consideran que sería la única forma de obtener algo positivo en España, donde están varados   En toda la democracia no ha habido un Gobierno tan intervencionista en los medios informativos públicos y privados que el Ejecutivo Zapatero. Hasta en la subasta de la plataforma de TV de pago Digital se ha dejado ver la corporación monclovita. Se sabía que el Gobierno, especialmente Fernández de la Vega, apoyaba la venta, más que nada porque es la única forma de que sobreviva económicamente el grupo PRISA, su multimedia favorito junto a Mediapro, que roza la friolera de 6.000 millones de euros de deuda pública.

En un principio, siguiendo su inveterada costumbre, los Polanco creyeron que podrían endosárselo a Telefónica por 3.500 millones de euros, una bestialidad si consideramos que toda PRISA vale hoy en Bolsa 1.250 millones.

Cuando con mucha delicadeza se les mandó a paseo, los Polanco comisionaron a Matías Cortés para abrir una subasta, al tiempo que acordaban con Telecinco -propiedad del derechista Berlusconi pero en España alineada con el PSOE- que pujara alto en la primera ronda, la que no vinculante. Y así lo hizo, por 2.800 millones de euros.

Ahora bien, antes se habló de deuda: la deuda real de Sogecable, donde se integraba Digital sumaba 2.300 millones de euros, pero de ahí hay que desgajar la Cuatro. Total, que con algún enjuague contable, PRISA acepta asumir una deuda de Digital por valor de 1.100 millones de euros.

Así, han acudido a la puja France Telecom, más o menos acompañada por ONO, Murdoch, Vivendi, Mediaset-Tele 5 y Telefónica, todos ellos con ofertas -insistimos, no vinculantes- entre los 2.600 y los 2.800 millones de euros.

Para FT-Orange y ONO sería la única forma de resucitar su negocio de telefonía, con los 2 millones de presuntos clientes de la plataforma.

En cualquier caso, sigue siendo un atraco, dado que si a 2.700 le restamos 1.100 siguen quedando 1.600 más que todo el valor en Bolsa del Grupo, contando El País, la SER, Cuatro, los activos editoriales, los medios iberoamericanos y siga usted contando.

Así es como se plantean las alianzas, más que nada para reducir riesgo. Mucho se ha hablado de una alianza Telefónica-Murdoch, pero ahí Moncloa ha puesto el grito en el Cielo. Ni hablar, si Telefónica paga, y caro, para hacerse con Digital (que es el objetivo final de los hermanos Polanco, de Cortés y de Juan Luis Cebrián) debe hacerlo con Vivendi, no con Murdoch, simplemente por Vivendi tira a socialista mientras Murdoch es muy azul... y con la bicha, José María Aznar, en su Consejo Asesor.

A todo esto, Alierta se está preguntando por qué razón no puede ir sólo, suponiendo que hay que ir. Así, con la plataforma en la mano, quizás podría conseguir clientes de telefonía y banda ancha y pensar luego en vender parte a un socio industrial. Entre otras cosas porque estamos hablando de un negocio, el televisivo, cuya reconversión en telefonía no parece tan sencilla.

Lo dicho: una estafa. Aunque, eso sí, muy legal y políticamente intervenida.