La nacionalización es el último cartucho que ni bancos ni Gobierno desean

Veamos. Los bancos no quieren ser nacionalizados. El Gobierno tampoco. Seria resucitar la vieja banca pública. Sin embargo, el Gobierno está muy preocupado con el hecho de que el crédito no fluye a familias y empresas. Y no se cree la milonga de que no existe demanda solvente. Es verdad que hay menos demanda. Pero también es verdad que los criterios de cautela se han hecho mucho más rígidos, como apunta la ministra de Vivienda, Beatriz Corredor.
Así que la solución acordada parece la más razonable. El Gobierno se compromete a reforzar el ICO y a redoblar su compromiso con su brazo financiero, dotándole de más recursos y más flexibilidad. A cambio, las entidades se comprometen a hacer de comerciales de los productos financieros del ICO con mayor entusiasmo. De esta manera, el Gobierno practica sus políticas de liquidez sin crear un gran banco público y sin entrometerse en las políticas de riesgo de entidades privadas que deben de velar por su solvencia. Sobre todo ahora que la morosidad no repunta, cabalga, que diría Blesa. Sobre todo en Caja Madrid

De momento, el ICO ya anuncia nuevas líneas de liquidez para las empresas. Sólo hay un pequeño detalle que parece habérseles escapado. Resulta que el presidente del ICO, Aurelio Martínez, ya señalaba en diciembre que la plantilla está pensionada". Imagínense ahora. Por lo demás, la espada de Damocles, sigue ahí. Si los créditos no fluyen, la amenaza de la nacionalización será ejecutada.