Una vez convertido el Ejército en una ONG armada, la única salida para nuestras FFAA es dedicarlas a labores de emergencias: incendios, Prestige, gotas frías y demás desgracias. Algo así como Protección Civil sólo que con medios y personal. De personal, no está mal porque serán 4.000 hombres (y mujeres), los que tengan capacidad de ser movilizados en caso de necesidad. Suponen cerca de un 10% de la tropa. No está mal.
En cuanto a la dotación económica, ya informamos en nuestro último número que se elevaba de los 147 millones de euros anunciados por el gobierno a los 930. Y subiendo si es que se quiere de verdad que sea una fuerza operativa.
Pero lo más curioso es la figura de quien será el máximo responsable de la unidad de emergencias: el general de división Fulgencio Coll. Sí, el mismo hombre que encabezo a las tropas españolas en Iraq, detalle de su curriculum vitae que los servicios informativos de Moncloa han eludido de la nota informativa repartida a los informadores.
No está muy claro si se trata de una patada hacia arriba o de un ascenso gratificante por la labor prestada en la invasión a Iraq. Pero en todo caso, llama la atención que el mando militar máximo en Iraq reciba esta responsabilidad ahora.