-Durante el viaje del Papa en avión al Líbano como ya es tradicional le preguntaron. Muchos católicos expresan su preocupación por el aumento del fundamentalismo en distintas regiones del mundo, y ante los ataques de los que son víctimas muchos cristianos en el mundo.
En este contexto difícil y a menudo sangriento, ¿de qué manera la Iglesia puede responder al imperativo del diálogo con el Islam, sobre el cual Usted siempre ha insistido?
-El fundamentalismo, respondió Benedicto XVI, es siempre una falsificación de la religión y va contra el sentido de la religión que, en cambio, invita a difundir la paz de Dios en el mundo. Por tanto, el compromiso de la Iglesia y de las religiones es aquel de cumplir una purificación de estas tentaciones, iluminar las conciencias y hacer de tal manera que cada uno tenga una imagen clara de Dios.
Debemos respetarnos unos a los otros. Cada uno es imagen de Dios y debemos respetarnos recíprocamente. El mensaje fundamental de la religión debe estar contra la violencia, que es una falsificación como el fundamentalismo, debe ser la educación, la iluminación y la purificación de las conciencias, para favorecer el diálogo, la reconciliación y la paz. Pienso que más palabras sobran.
Enric Barrull Casals