Desde luego, no hay derecho. Resulta que una señora que no ha hecho otra cosa que acompañar a su marido en su vida laboral, cuando queda viuda recibe el 52% de la pensión de su marido. Y eso sin haber cotizado. Hay que avanzar hacia el modelo de contributividad y rebajar esa cuantía. ¿A quién se le ocurrió semejante desatino? Lo que tiene que hacer una mujer es salir al mercado laboral, ganarse sus garbanzos, tener hijos que garanticen el reemplazo del sistema, trabajar más allá de los 65 años, y luego ya veremos.

 

Y aquella que ha optado por quedarse en el hogar al cuidado de los hijos, que ha facilitado la paz familiar supliendo, en muchos casos, la falta del padre dedicado a "cazar chicha" para mantener a su familia, ya puede ir espabilando porque el 52% (unos 350 euros) que recibe de pensión de viudedad son observados por los burócratas del FMI como una cantidad exagerada. "No conozco ningún liberal que diga estas cosas con menos de 300.000 euros de liquidez", señala acertadamente un analista financiero.

 

Y como en España solamente hay dos millones de viudas, la situación ha generado mucha tranquilidad entre el colectivo. Lo que sorprende es que los Gobiernos Aznar se comprometieron a ir elevando las pensiones de viudedad hasta alcanzar el salario mínimo interprofesional y ahora el entonces ministro de Economía se descuelga ahora con la consideración de "exageradas" de estas pensiones. Que las mantengan sus hijos, esos que no tienen...