Castilla la Mancha en pie de guerra por el nuevo trasvase Tajo-Segura

El presidente castellano-manchego está que fuma en pipa. Dice que estos trasvases deben de acabar, que están empobreciendo a la región, que se viste a un santo para desvestir a otro, etc. ¿Puede saltar de nuevo la guerra del agua?, le preguntan a la vicepresidenta. De la Vega lo niega e insiste en que el trasvase aprobado este viernes responde a los criterios de solidaridad entre españoles y entre regiones. "Nuestro principio es que no haya un solo ciudadano afectado por la sequía", señala. Y añade: "Nuestra política del agua siempre la afrontamos con diálogo y el consenso". O dicho de otro modo, que Barreda no se va a quejar porque al fin y al cabo es socialista. Más bien eso.

Eso sí, parece sugerir una vaga promesa de que se investigarán los pozos ilegales "para normalizar" la situación existente. Una de las quejas de Barreda. Algo es algo.