La Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa tenía previsto debatir el próximo jueves 29 de enero el informe Marty sobre la despenalización de la eutanasia. Los 572 miembros de la Asamblea Parlamentaria decidieron posponer la eutanasia de la agenda política para introducir otros elementos de debate urgente: el terrorismo como amenaza a la democracia y la crisis constitucional de Ucrania. También están previstas las intervenciones de los presidentes de Georgia y Chipre para hablar sobre la situación de sus respectivos países.
No es la primera vez que se aplaza el debate sobre la eutanasia. El pasado 2 de octubre también fue aplazada por una solicitud de 89 votos y 41 en contra. Pero es que, además, el debate contraviene la recomendación de la Asamblea Parlamentaria 1.418 de 25 de junio de 1999 en la que se pide garantías para el acceso de los enfermos terminales a curas paliativas. Por otra parte, la eutanasia también contraviene el artículo 2 del Convenio Europeo de Derechos Humanos que afirma que "la muerte no puede ser inflingida intencionalmente a nadie", instando a los gobiernos a la prohibición absoluta de poner fin intencionado a la vida de enfermos incurables y moribundos.
Por si fuera poco, el artículo 2 de la Carta de los Derechos Humanos Fundamentales de la Unión Europea de 2000 también contempla de forma explícita la prohibición de las prácticas eugenésicas. Por todo ello, resulta poco comprensible que el Consejo de Europa insista en un tema que ya ha sido tratado y resuelto tanto desde la óptica política como científico-médica.
Además, las experiencias de legalización en Holanda y Bélgica han provocado un absoluto pánico entre los enfermos que acuden a sus hospitales buscando refugio en otros centros del territorio Shengen. En Holanda, la cifra de eutanasia involuntaria se acerca al 2% de las muertes totales. Y es que en una sociedad 'economicista', apostar por un enfermo terminal resulta irracional: mucho coste para ninguna esperanza de ingreso. El equilibrio presupuestario presiona y el Estado de Bienestar tiene sus prioridades. ¿Será éste el trasfondo de la insistencia de la consultiva asamblea parlamentaria del Consejo de Europa? De momento, la "cultura de la muerte" descansa en el banquillo a la espera de encontrar desprevenidos a quienes valoramos la vida como un valor sagrado. Permanezcan atentos a la pantalla.