La sentencia asegura que el SITEL es legal, pero que sus consecuencias, sus posibles excesos, deben ser regulados. Es decir, que lo dice todo y no dice nada.
Veamos: lo que diferencia al SITEL de los instrumentos de espionaje clásicos de interceptación telefónica se llama digitalización. El SITEL es comodísimo y, sobre todo, es muy completo y barato. El operador de telecomunicaciones recibe el encargo de grabar a un individuo sospechoso -del juez, imagino- y no hace falta acudir a la centralita del sospechoso para pinchar nada. Se pincha desde la central y graba absolutamente todo. Vamos, que si la policía pretende demostrar que es un narcotraficante puede descubrir, además, que conoce a proxenetas -bueno, eso, en España, es un noble profesión nobilísima que Garzón nunca perseguirá-, es adventista del séptimo día y, además, no ha pagado la última multa de tráfico -esto sí, esto es gravísimo y don Pere Navarro dispondrá de la información al instante- además de ser ligeramente sarasa y tener un amante con almorranas. Por el mismo precio, la misma conversación controlada por los mismos medios digitales, jueces y policías pueden convertir la democracia española en el orwelliano mundo de 1984. Y la policía, no lo olvidemos, depende del Gobierno.
¿Por qué Baltasar Garzón es el juez que más trabaja de España? Por dos razones:
1. Gobierno y policías -estos dependientes de aquéllos, como creo haber dicho antes- son muy conscientes de su egolatría, por lo que esperan a que Garzón esté de guardia.
2. Porque gracias a instrumentos como SITEL, Garzón es uno de los personajes mejor informados de España, como lo es el ministro Rubalcaba. De la Vega, la mentirosa más compulsiva del planeta, asegura que el caso Gürtel nació del un chivato del propio Partido Popular. No lo dudo, pero ese chivato sólo abrió la caja de Pandora, el primer motivo para justificar una escucha, y una escucha llevó a otras, por mor de SITEL y por la vanidad de Garzón.
Un detalle curioso. José Luis González Armengol, el juez decano de Madrid, asegura que es vital regular por ley el material sobrante del SITEL. Este chico sabe de lo que habla.
Cospedal tenía razones para decir que los líderes del PP eran espiados. Conclusión segunda: ¿Rasputín Rubalcaba puede tener acceso a nuestras conversaciones privadas? Sí, puede. ¿El SITEL constituye un peligro para la privacidad? Sí, lo constituye. Hay que ser cínico para legislar con la dureza propia de los negreros contra el correo electrónico basura por atentar contra la intimidad y permitir un instrumento que coloca a Rasputín en el gran hurgador de nuestras vidas a través de un instrumento como el teléfono al que todos nos confiamos y sin el que no podemos vivir.
A partir de ahí, ustedes mismos.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com