Patronal europea y FUNCAS abogan por ambas políticas El discurso del Gobierno es que hay que subir impuestos para mantener la ambición de gasto social. Lo llaman solidaridad. Eso sí, solidaridad ejecutiva, a punta de inspector. Lo que se escucha poco es la necesidad de austeridad. Son varias las posiciones de los últimos días en este sentido. Por una parte, FUNCAS y la patronal europea. Defienden la necesidad de acometer políticas de austeridad al mismo tiempo que subidas de impuestos. Ambas políticas son necesarias para lograr el equilibrio presupuestario.
Por otra parte, la patronal CEOE no se opone a una subida de impuestos, pero plantea claramente que de manera previa debe haber un plan de austeridad creíble. Y no lo hay. Porque austeridad significa ajuste y eso equivale a víctimas. Y Zapatero pretende ir a la guerra sin tener bajas. En la parte más clara se encuentra el consejero del BCE, José Manuel González Páramo, quien defiende como prioritario el ajuste presupuestario antes que la subida de impuestos. Predicar en el desierto, porque Zapatero ya está instalado en el discurso de las subidas fiscales. Lo que todavía no sabe es dónde. Porque la subida de la imposición sobre el capital apenas le proporcionará 1.000 millones a los que hay que sumar los 5.000 de la eliminación de la paga de los 400 euros. Poca cosa comparado con un déficit de 100.000 millones de euros.
Por otra parte, la patronal CEOE no se opone a una subida de impuestos, pero plantea claramente que de manera previa debe haber un plan de austeridad creíble. Y no lo hay. Porque austeridad significa ajuste y eso equivale a víctimas. Y Zapatero pretende ir a la guerra sin tener bajas. En la parte más clara se encuentra el consejero del BCE, José Manuel González Páramo, quien defiende como prioritario el ajuste presupuestario antes que la subida de impuestos. Predicar en el desierto, porque Zapatero ya está instalado en el discurso de las subidas fiscales. Lo que todavía no sabe es dónde. Porque la subida de la imposición sobre el capital apenas le proporcionará 1.000 millones a los que hay que sumar los 5.000 de la eliminación de la paga de los 400 euros. Poca cosa comparado con un déficit de 100.000 millones de euros.