La posibilidad del fracaso radica en las investigaciones de la magistratura sobre las presuntas irregularidades en la preparación de la OPA, así como la participación de empresarios como Stefano Ricucci y Emilio Gnutti, en el centro de otros escándalos financieros. Si finalmente este escenario se confirma el próximo 17 de agosto, el BBVA podría presentar una contraopa mejorando la oferta tanto en la cuantía como en el porcentaje abonado en liquidez. Ya había advertido que "no se podría aceptar una retirada de Unipol", que por otra parte, no goza especialmente del favor de los sindicatos italianos.
La noticia ha tensado los ánimos de los mercados. Y también del banco, que prefiere no hacer declaraciones. Lo curioso del asunto es que es presidente del BBVA, Francisco González, quien muestra su empeño de "hacer las italias" frente al criterio de su consejero delegado, que, por cierto, fue quien preparó la OPA. Pero Goiri sostiene -y no le falta razón- que un banco no puede operar con un regulador -el gobernador vitalicio del Banco de Italia- en contra. Y menos con todo un establishment bancario y empresarial poniéndote chinas en los zapatos. Así que la batalla interna, como ven, está servida.