Accionistas de Telefónica se quejan de que un ex presidente del Gobierno español sea el principal valedor de Carlos Slim, principal adversario de la operadora española
Ocurrió en Guatemala, el pasado día 13 de septiembre. Felipe González, ex presidente del Gobierno español, acudía junto al mexicano Carlos Slim, propietario de Telmex y el hombre más rico de Iberoamérica, a la fiesta en su honor preparada por el presidente guatemalteco, Óscar Berger. González recibió la Gran Cruz Quetzal, mientras Slim (a quien, al final, no pudieron imponérsela por problemas burocráticos) recibía la misma condecoración sólo que en grado de comendador.
Es más, González ofreció una exposición sobre desarrollo sostenible, sin duda una de sus principales habilidades, ante los ministros del Gabinete y la flor y nata de los empresarios norteamericanos. Slim, por su parte, les explicó cómo hay que hacer las cosas, caramba.
Un detalle, Telmex es el principal competidor de Telefónica en el mercado hispano, que es el mercado clave, desde Estados Unidos a la Patagonia. Otro detalle: en estos momentos, Telefónica negocia con autoridades locales de toda Hispanoamérica, también con los guatemaltecos, la absorción de las operadoras de Bell South que adquirió en diez países.
De entrada, ya resulta curioso que un ex presidente del Gobierno de España actúe como asesor e introductor de Telmex, el principal competidor de la operadora española de bandera y primera compañía del país. Pero el asunto no acaba ahí. González abre hueco político (en países como Chile, la Argentina, el istmo centroamericano, etc). Luego llega su ex ministro de Economía, Carlos Solchaga, y firma las facturas con Gobiernos y empresas de la zona. Por ejemplo, ahora mismo, el Despacho de Carlos Solchaga, que comparte con el ex ministro socialista Claudio Aranzadi y con el ex consejero de Andalucía por el PSOE, José Aureliano Recio, trabaja para SCH, Repsol YPF y Telefónica, en calidad de asesor para Iberoamérica. Hablamos de hace seis años, pero entonces la tarifa del Despacho, ubicado en la madrileña calle de Serrano, salía por los 250.000 euros, gastos aparte.
El asunto ha tomado nueva actualidad cuando, tras el triunfo socialista del 14-M, Carlos Solchaga se ha convertido en candidato a entrar en los Consejos de empresas privatizadas, al menos en tres: Telefónica, BBVA y Repsol YPF (en esta última, aspira a más: aspira a ser presidente). Recio y Aranzadi le acompañarían en ese asalto de altos cargos felipistas a las grandes empresas privatizadas.
Por decirlo en pocas palabras: accionistas de Telefónica se quejan del maridaje del tándem González-Soclchaga con su principal adversario, el mexicano Slim, quien, por otra parte, mantiene unas espléndidas relaciones con el grupo Polanco (otro al que Gonzalez abre puerta en el mundo hispano) a través del delegado real de Prisa en México: el conseguidor Antonio Navalón, viejo conocido de Mario Conde, hoy enfrentado a él.
En el Consejo que Telefónica celebró el pasado miércoles 29 en Madrid, estaba previsto, ya desde la primavera, que Solchaga se incorporara. Pues bien, no sólo no ha sido así, sino que esa incorporación, que antes se daba como segura, ahora se da sólo como muy poco probable.