La ministra de Igualdad, Bibiana Aído, encomendó a un comité de expertos la modificación de la ley, que se está ultimando para su aprobación.
Los puntos más polémicos son, entre otros, que se podrá abortar libremente hasta la semana 14 y que el aborto deja de ser un delito para convertirse en un derecho. El derecho a matar a un ser humano inocente e indefenso. También se podrá abortar hasta las 22 semanas de embarazo por malformaciones del feto o por grave riesgo para la salud de la madre. Un coladero para asesinar impunemente. La mayoría de estos seres humanos abortados tendrán el síndrome Down. Otra criminal decisión es la de que las adolescentes podrán abortar a los 16 años, sin permiso de los padres.
Pero no se tienen en cuenta las secuelas aborto que, según la institución abortista más significativa del mundo, la Federación Internacional de Planificación Familiar: la incidencia del trauma post-aborto para las jóvenes que se practican los abortos quirúrgicos puede llegar a alcanzar hasta el 91% de los casos. Tras el aborto las jóvenes comienzan a padecer los síntomas: zozobra, desesperación, delirios, desvelo, embriaguez, drogadicción, desesperanza, psicosis... y suicidio. Otra de las graves secuelas del aborto, divulgada en los últimos años, es el cáncer de mama que ha tenido un aumento espectacular en los últimos 20 años, en todos los países donde se ha propagado el aborto.
El doctor Nathanson, adelantado defensor del aborto en los Estados Unidos, incluido el de su propio hijo, testifica afligido: La Humanidad hoy se arrepiente de la esclavitud de ayer, y pronto se avergonzará del crimen del aborto.
Clemente Ferrer Roselló
clementeferrer@yahoo.es