Londres y Washington planean la política con Irán a espaldas de Bruselas, Berlín, París y Tel Aviv
Durante el viaje, ambos se han echado mutuos elogios. Para Obama, la relación es "indispensable" y "esencial", en medio de las crisis de Afganistán e Irán. Y Cameron estuvo muy pelota al elogiar "la fuerza, la autoridad moral y la sabiduría" de Obama.
Porque, efectivamente, podría concluirse que tras la visita ha surgido una especie de 'Arco Atlántico', formado por EEUU y Gran Bretaña, justo cuando Gran Bretaña se aleja de Europa, con su negativa a firmar el Pacto Fiscal, y a implantar la Tasa Tobin, por ejemplo.
Es más: podría decirse que Londres y Washington han pactado la política a seguir frente a Irán a espaldas de Bruselas, de Berlín, de París y de Israel. Vamos, que harán lo que les dé la gana. De hecho, antes de su partida, el primer ministro británico David Cameron señaló que Israel carece de argumentos para emprender un ataque unilateral contra las instalaciones nucleares iraníes y ha defendido la vía diplomática y de las sanciones para presionar a Teherán en relación a su polémico programa de enriquecimiento de uranio: "Hoy en día no creemos justificada una acción militar israelí y hemos dejado muy claro que no les apoyaremos en ese caso", declaró Cameron.
Y prosiguió: "Ahora mismo no respaldo una acción militar israelí porque, con toda franqueza, todavía nos queda margen de maniobra a la hora de establecer sanciones y de endurecer medidas contra el régimen para que cambien de actitud".
Pero la alianza EEUU-Gran Bretaña llega más allá y alcanza a otros problemas de la política exterior británica. Por ejemplo, el conflicto diplomático con Argentina por las Islas Malvinas. Cameron acudió a papá-Obama quien le acogió cual gallina a su polluelo en este tema. De hecho, el británico contó que le consultó al estadounidense y que éste manifestó su apoyo a Gran Bretaña en las Malvinas y que "dejó en claro" que su gobierno estaba a favor de mantener ese status quo, o sa, que las Islas Malvinas continúen bajo soberanía inglesa.
Estaría bien que don Mariano Rajoy le preguntase a Obama cuando le vea que qué opina del conflicto diplomático con España a acusa del peñón de Gibraltar. Seguro que le ponía en un brete...
Andrés Velázquez
andres@hispanidad.com
El viaje del primer ministro británico, David Cameron, a EEUU ha sido larguísimo, de tres días. Sólo le ha faltado comprarse una casa en Washington. Y tras la hortera cena que Obama le brindó, Cameron terminó su estancia con una visita al monumento a las víctimas del atentado del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York.
Durante el viaje, ambos se han echado mutuos elogios. Para Obama, la relación es "indispensable" y "esencial", en medio de las crisis de Afganistán e Irán. Y Cameron estuvo muy pelota al elogiar "la fuerza, la autoridad moral y la sabiduría" de Obama.
Porque, efectivamente, podría concluirse que tras la visita ha surgido una especie de 'Arco Atlántico', formado por EEUU y Gran Bretaña, justo cuando Gran Bretaña se aleja de Europa, con su negativa a firmar el Pacto Fiscal, y a implantar la Tasa Tobin, por ejemplo.
Es más: podría decirse que Londres y Washington han pactado la política a seguir frente a Irán a espaldas de Bruselas, de Berlín, de París y de Israel. Vamos, que harán lo que les dé la gana. De hecho, antes de su partida, el primer ministro británico David Cameron señaló que Israel carece de argumentos para emprender un ataque unilateral contra las instalaciones nucleares iraníes y ha defendido la vía diplomática y de las sanciones para presionar a Teherán en relación a su polémico programa de enriquecimiento de uranio: "Hoy en día no creemos justificada una acción militar israelí y hemos dejado muy claro que no les apoyaremos en ese caso", declaró Cameron.
Y prosiguió: "Ahora mismo no respaldo una acción militar israelí porque, con toda franqueza, todavía nos queda margen de maniobra a la hora de establecer sanciones y de endurecer medidas contra el régimen para que cambien de actitud".
Pero la alianza EEUU-Gran Bretaña llega más allá y alcanza a otros problemas de la política exterior británica. Por ejemplo, el conflicto diplomático con Argentina por las Islas Malvinas. Cameron acudió a papá-Obama quien le acogió cual gallina a su polluelo en este tema. De hecho, el británico contó que le consultó al estadounidense y que éste manifestó su apoyo a Gran Bretaña en las Malvinas y que "dejó en claro" que su gobierno estaba a favor de mantener ese status quo, o sa, que las Islas Malvinas continúen bajo soberanía inglesa.
Estaría bien que don Mariano Rajoy le preguntase a Obama cuando le vea que qué opina del conflicto diplomático con España a acusa del peñón de Gibraltar. Seguro que le ponía en un brete...
Andrés Velázquez
andres@hispanidad.com