Promete socialismo y amenaza, en línea con Chávez, con reprimir los excesos de los medios
Bien comienza la cosa. Acto inaugural de su segundo mandato -y algunos sospechan que sólo el segundo- y el reelegido presidente ecuatoriano, Rafael Correa, ha aprovechado para prometer el socialismo y lanzarse contra el presidente colombiano Álvaro Uribe, el enemigo oficial que necesita todo aprendiz de dictador.
Su discurso programático da un poco de miedo. Chavismo puro, pero jurídicamente más consolidado. Sólo le faltaba la patita, que ya ha asomado, en el presente discurso: cargarse la libertad de prensa. Naturalmente desde la posición de víctimas nunca de testigo. Así, Correa ha advertido que reprimirá los excesos de la prensa. Naturalmente será él quien decida quién se excede y quién no.