¿Que por qué esa paradoja? Pues porque los que viven de las rentas en España ganan más que los rentistas italianos. De hecho, la radiografía de la España de ZP es ésta: Salarios que crecen al 3%, beneficio de las grandes empresas que lo hacen por encima del 25% y rentas del capital que lo hacen por encima del 30% (hasta el derrumbe bursátil de diciembre, ciertamente). Es decir que la mayoría -antes llamada pueblo- de los españoles son más pobres que la mayoría de los italianos, a pesar de que la media simple sea inferior. Ya saben: todo español come un pollo a la semana, pero hay uno que come cuatro y tres que no comen ninguno. Para estar gobernados por un Gobierno socialista, que se supone saben repartir la riqueza, no está mal.
Encima, la fiscalidad, el instrumento corrector, al menos desde un punto de vista socialdemócrata, es favorable al rentista, que lo soluciona con un 18%, frente a las rentas salariales, más grabadas, la igual que el beneficio de las ‘micropymes', que nunca baja del 25%.
Beneficiar al rentista frente al asalariado y al emprendedor, como ha hecho el Gobierno Zapatero (los dueños de PYMES, profesionales y con pequeños comerciantes, el autónomo, tiene más de asalariados que de rentistas) es propio de un Gobierno de signo capitalista. En sentido prístino, porque está primando eso: las rentas del capital. Luego, para presentarlo al electorado, se hace la media simple entre todo tipo de rentas y resulta que somos más ricos que Italia. Lo cual es cierto: los ricos españoles son más ricos que los ricos italianos.
Una consecuencia ulterior: el análisis económico no debe analizar la economía, sino las economías familiares. Ente otras cosas porque, en España, además de los bajos salarios, las ayudas a la familia son las menores de toda la Unión Europea. Pero, eso sí, la economía va bien. Lo único que marcha mal son las economías.
Eulogio López
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