La decisión del Gobierno de Angela Merkel de prolongar la vida de las centrales nucleares entre ocho y catorce años no les saldrá gratis a las grandes eléctricas. Las condiciones paras por el pago de un impuesto que supondrá unos 2.300 millones de euros brutos al año durante los próximos seis años.
Además, el Estado recaudará 9 euros por megawatio/hora neto que hará que las renovables resulten rentables. E.ON y RWE, propietarias de las plantas de energía nuclear en Alemania, tendrán que invertir 10.000 millones de euros en seguridad y mantenimiento y, a partir de 2017 están obligadas a mejorar sus servicios con una inversión de 17.000 millones de euros. La extensión de la vida útil de las centrales nucleares les costará unos 30.000 millones de euros al año.