Sr. Director:
Las corridas de toros, enarboladas por los detractores de la crueldad contra los animales, pierden adeptos.

 

Hoy, un ecologismo planetario refrendado por las legislaciones internacionales, encarcela o sanciona a los infractores de la salud medioambiental. Incluso, en base a la neonatología, se intenta paliar el sufrimiento del ser humano en gestación cuando se le somete a un aborto provocado causado por el incompleto desarrollo de los mecanismos preservadores del dolor.

Así, en el Estado de Nebraska se ha dictado una ley que prohíbe el aborto a partir de las 20 semanas para evitar el dolor fetal. Sin embargo, someter al no nacido a una muerte contra su voluntad, supone una crueldad muy superior al sufrimiento de la intervención y una lesión irreversible a su libertad.

La protección de la vida humana no está en la agenda de los políticos, contraria a la extinción de las especies, pero indiferente ante la matanza legal del aborto entre los miembros de nuestra raza.

Emilia Martí Casas