- Creo que ganó Elena Valenciano: más miserable y más demagoga, como buena socialista.
- El candidato Arias Cañete sólo fue más pepero; es decir, más cobarde: ni una palabra sobre el niño-víctima.
 - PP y PSOE no se dan cuenta de lo insufribles que resultan cuando no hacen otra cosa que lanzarse los trastos a la cabeza.

 

Debate del duopolio político: Elena Valenciano (PSOE) frente a Miguel Arias Cañete (ambos en la imagen), coordinados por María Casado, otro miembro del 'comando Rubalcaba' inserto en la televisión del presidente Poly González-Echenique-no-me entero-de-nada.

En la segunda parte del debate, marcada por las maleducadas interrupciones de doña Elena Valenciano al ex ministro de Agricultura, Casado se pone seria y amenaza con sacar tarjeta amarilla a ambos por las interrupciones, así, en plural, cuando la única que interrumpía, de forma grosera, con comentarios por lo bajinis pero bien audibles desde el otro lado de la provincia, era la muy grosera doña Elena.

El engreído pepero cantando las excelencias de la capacidad de gestión popular con cifras y conceptos absolutamente ininteligibles; la demagoga sociata hablando de grandes principios ("crearemos empleos en el sur") sin explicarnos cómo llevarlos a la práctica.

Salió a relucir el asunto del aborto y ahí fue donde doña Elena soltó sus más gloriosas barbaridades y a lo mejor esas burradas fueron las que le hicieron ganar el debate: "Yo soy madre de un hijo y una hija y son lo más importante de mi vida. Pero lo importante es que yo elegí ser madre". Al parecer el padre no eligió nada: es un semental que pone su semilla y se retira a sus ocupaciones.

Ni a Valenciano ni a Cañete les dio tiempo a hablar de esa menudencia, Europa. Problema urgente de España: renovar a su clase política

Pero, fíjense bien, lo que Valenciano estaba vendiendo es que decidió, muy libremente, no asesinar a sus hijos en su seno y, gracias a ello, ahora son lo más importante de su vida.

Y a esta salvajada, el cobardón Arias Cañete, respondió a lo pepero. En primer lugar, aseguró que la reforma Gallardón estaba en fase de anteproyecto, ni tan siquiera proyecto. Este es un detalle importantísimo. Ni una palaba sobre el niño-víctima.

La demagogia de la ignorante Valenciano es además cursi. Por ejemplo, cuando le recriminó a su contendiente que no hablara de 'discapacitados' sino de personas 'con discapacidad'. Pero qué hortera eres, bonita. Lo más parecido a una 'choni'.

Por lo demás, yo creo que ni Cañete ni Valenciano saben hasta qué punto resulta molesto para los votantes que en mitad de una encrucijada como la que atraviesa Europa, con un proceso de Unión que no es irreversible, ni mucho menos, en lugar de hablar del tema que nos ocupa PP y PSOE se dedican a tirarse pedradas el uno a la otra y la otra al uno, incapaces ambos de reconocer cualquier cosa buena en el adversario. ¿Para esto un debate televisivo Para esto basta un callejón cerrado donde ambos se sacudan sin piedad.

Al final, el debate consistió en un toma y daca sobre lo bien que gestiona el PP de Cañete frente a una colección de tópicos de Valenciano, como la "Europa de rostro humano", que es como lo del comunismo con rostro humano: todavía estamos buscando el rostro.

¿Y de Europa No les dio tiempo a hablar de esa menudencia. Problema urgente de España: renovar a su clase política.

Por cierto, qué debate más triste: ni una llamada a la esperanza, ni una muestra de buen humor, que, por cierto es lo primero que necesita España.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com