Ya empezamos a vislumbrar cierta ilusión y esperanza en el pueblo, por la despedida del inane ZP. Nunca fue tan deseada la marcha, esperamos que para no volver, del artífice de esa Alianza de Civilizaciones, de la importante figura del "acontecimiento planetario", del que nos deleitaba con tan poéticas frases como "la nación es un concepto discutido y discutible", etc.
Pero no pudo irse sin hacer alarde de su afición favorita, la mentira; hace unos días afirmaba: "agotaré la legislatura por el interés del País y no el de mi partido"; ahora proclama: "adelanto las elecciones por el interés general y no por una expectativa electoral"
Cierto que nos deja en herencia a su "mano derecha", el colaborador incansable de todas sus perversas actuaciones, al portavoz, si no algo más, del gobierno del GAL, al artífice de aquel perverso 13-M, si no algo más, el mayor responsable de los policías implicados en los hechos del Bar Faisán, si no algo más, y de tantas otras actuaciones deleznables. Ahora se inventó ese movimiento que algunos denominan 15-M, pero la mayoría llaman "Movimiento Rubalcaba". ¿Será otro 11-M para sorprender a los votantes y ganar las próximas elecciones? Todo se puede esperar de éste hábil manipulador, petulante y mendaz.
Nadie debe dudar ya de los infundios que rodea todo proceder del veterano Pérez Rubalcaba, y siempre cabe esperar la sorpresa de una pertinente manipulación que haga cambiar todo aquello razonable y deseable. No obstante, no dudamos de su inteligencia brillante, pese a que, tal vez por su edad, comete algunos deslices, como ese que ahora "predica" para la captación de votos: afirma que tiene la solución para crear puestos de trabajo; si lo que dice es cierto, este señor es un miserable, por tenernos a todos los españoles en el estado que estamos y no haber aplicado antes esa solución; si lo que dice no es cierto, es un mentiroso.
Pablo Delgado Escolar