La vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega se ha mostrado clara, durante la comparecencia posterior al Consejo de Ministros, en su posición en relación a la negociación sobre los Presupuestos Generales del Estado (PGE): los propone el Gobierno y se debaten en el Parlamento. O sea, de negociar con las Comunidades Autónomas, nada de nada. Así de claro. El Gobierno los presentará probablemente el próximo 24 de septiembre. De la Vega aspira a que los PGE sean apoyados con el máximo consenso posible porque se trata de unos presupuestos "muy buenos, modernos y sociales". O sea, casi como el bueno, bonito y barato.
Además, De la Vega afirma no sentirse especialmente preocupada por la "mancomunidad" realizada por 31 diputados de los partidos que forman el Tripartito catalán. "Hablaremos con todos. Pero he de decirles que tengo un magnífico concepto del pueblo catalán", concluyó la vicepresidenta, sabedora de que los catalanes lo que en el fondo desean es una pasadita por el lomo…
Eso sí, el Gobierno no plasmará por escrito ningún compromiso con los grupos parlamentarios supuestamente afines, ERC e IU. Nada de corsés innecesarios. "El Gobierno tienen suficiente estabilidad y hablará con todos los grupos parlamentarios sobre el calendario legislativo", concluye De la Vega. O sea, que el Ejecutivo aguantará en su actual inestabilidad, pero no tienen ninguna voluntad de atarse para el resto de la legislatura. Lo mismo que ERC que prefiere un noviazgo "a prueba", más que un matrimonio para toda la vida. O casi…