- Y Artur Mas dice que sí... sin tan siquiera esperar la respuesta del Gobierno sobre sus 23 propuestas económicas.
- Con ello, fuerza su perfil independentista y cierra cualquier posibilidad de pacto. Es decir, habrá imposición.
- La Generalitat espera el referéndum escocés, pero antes está la Diada.
- Ya lo dijo Cristóbal Montoro, preguntado sobre lo que el presidente del Gobierno podría ofrecer al de la Generalitat: "Recuperación económica".
- Los nacionalistas consideran que los escándalos tributarios y de soborno no acaban en la familia Pujol: "Ahora van a por Mas".
- En cualquier caso, entre el 'killer' Rajoy y el narcisista Mas no parece haber acuerdo posible... y deseable.
No ha sido una reunión entre dos líderes para llegar a un acuerdo: ha sido la escenificación de un desacuerdo. En plata, que la reunión entre el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, y el de la Generalitat catalana, Artur Mas (ambos en la imagen), se ha saldado con un rotundo y lamentable fracaso.
Es más, el escándalo Jordi Pujol ha endurecido la postura de Mariano Rajoy. Y así, en su declaración oficial tras la reunión ha declarado que "la consulta no se celebrará". Es decir, no ha dicho que sea ilegal o contraproducente: ha explicado, como presidente del Gobierno, que la consulta no se celebrará.
Desde las dependencias de la Generalitat en Madrid, en una rueda de prensa movidita -un grupo intentó reventarla con gritos a España- Artur Mas insistió en que el referéndum se iba a celebrar y puso como ejemplo a Escocia.
Para entendernos, Artur Mas y todo el nacionalismo independentista catalán está convencido de que el escándalo de Jordi Pujol y sus cuentas en el extranjero, no ha surgido ahora por casualidad. Y tienen razón. Como se encargara de aclarar el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro: "Esto ha sido un trabajo de la Agencia Tributaria". Pero, ¿no quedamos en que había sido una inculpación de Pujol Claro, lo uno siguió a lo otro. Pero Cataluña no es un nido de corrupción. Por eso, más que una reunión, la larga charla entre Mas y Rajoy ha sido una escenificación. Ninguno pensaba ceder.
A Mas incluso se le ha notado más. Esto es: acudió a Moncloa con dos reclamaciones:
1. Peticiones económicas (23), algunas sensatas, otras, la constante queja de CiU a la pérfida marginación española (España nos roba).
2. Exigencia de elaboración de la consulta secesionista.
Naturalmente, sabía que Rajoy se negaría a la segunda. Sólo se trataba de saber con qué virulencia. Con bastante.
Y a pesar de asegurar que se abría un periodo de diálogo -sobre todo diálogo- no ha esperado ni a la respuesta del Gobierno de España sobre las 23 propuestas económicas.
Por su parte, días atrás, cuando al precitado ministro Montoro repreguntaron por las famosas balanzas fiscales, aclaró que estas balanzas en ningún caso darían lugar a un nuevo sistema de financiación autonómica. Entones, le cuestionaron, ¿qué va a ofrecer Rajoy a Mas cuando se entrevisten Casi riendo, el ministro respondió: "Recuperación económica... así habrá más dinero para todos".
Y así llegamos a la puesta en escena del miércoles 30 de julio. Mas invoca el referéndum escocés, pero siete días antes está la Diada. Y recuerden que el acuerdo previsto entre PP, PSOE y CiU, animado por el anterior monarca Juan Carlos I, con Miquel Roca y el propio Pujol como monitores desde Barcelona, insistía en un pacto para después del 25 de mayo, de las europeas, y para antes del 11 de septiembre, (Diada). Lo de Escocia no servirá para nada.
En resumen, para los partidarios del pacto, la reunión ha sido un fracaso. Ahora sólo queda que Madrid imponga la ley y que los independentistas catalanes sigan practicando ese modo de desobediencia civil, que no conduce a ningún sitio pero mantiene viva la llama de la protesta, que en eso parece sustanciarse todo: en la protesta permanente y en la permanente insatisfacción.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com